Todas las mujeres hemos vivido alguna vez ese momento en que vas a comer con tu novio, amigo, hermano, primo o cualquier ser del género masculino y observas cómo el hombre en cuestión se come su primero, su segundo, su postre y la mitad de tu primero y tu segundo. El postre no. Eso es nuestro y da igual que estemos hasta arriba, todo estómago tiene un compartimento extra para depositar tartas, crêpes y helados aunque estemos a punto de reventar.